Yo soy libre de reclamar lo que quiera en esta vida. También puedo ver qué tengo dentro de mí; ver qué puedo compartir con los demás desde la luz, desde la construcción de algo mejor.
Tuve que soportar bullying desde los tres años por ser diferente (por ser «afeminado» -más convenciones y juicios gratuitos- y por irme con las chicas en la guardería y en el cole). A día de hoy -con 35 años-, si digo que me gustan los hombres, me pongo tacones o «saco la pluma», todavía hay quien (diría que más de un@ y más de dos) se gira.
Creo que tengo una sensibilidad que me hace ver cosas que otros no han visto de la misma manera que yo. Muchas veces se me ha señalado «por lo que he hecho mal» o «por lo que me falta para ser como ellos».